RETRETES EN EL MUELLE DE HIERRO
Y JUNTO A LA ANTIGUA ESTACION DEL FERROCARRIL
A pesar de que en el año 1887
finalizan las obras del Muelle de Hierro, este no dispuso de agua potable hasta el año 1922, y coincidiendo con la construcción de unos retretes junto
a la vieja estación de ferrocarril del paseo de la Canilla.
A comienzos del año 1921,
un grupo de vendedoras que diariamente acudían a la plaza del mercado de la
Villa a vender sus productos ya habían solicitado unos retretes y urinarios
públicos por higiene y salubridad, y que estos estuvieran cercanos a sus
lugares de venta en la plaza del Solar, no sería hasta mediados de agosto del año 1922, cuando esta
petición tuviera un final feliz. En coincidencia de esta petición al ayuntamiento de la villa, hubo otra
por parte del Real Sporting Club, y que de alguna manera facilitó esta solicitud.
En junio del año de 1921, Pedro
Galíndez en representación de la Sociedad Real Sporting Club de Bilbao,
traslada al Ayuntamiento de Portugalete la siguiente petición:
*Desde la inauguración de la Casa Flotante
propiedad de la Sociedad, el suministro de agua para los diferentes servicios es
de aljibes o depósitos, cuya instalación aparte de ser molesta no es muy
higiénica.
Una
vez consultada a la Junta de Obras del Puerto, (administradora del Muelle de
Hierro), se ve la posibilidad del suministro de agua potable por parte del Ayuntamiento.
La
Junta de Obras del Puerto se responsabiliza de llevar la canalización del agua
desde el punto que el Ayuntamiento lo indicase. Pero con la condición de que la
Corporación debía suministrar el agua gratuitamente al retrete instalado frente
a nuestro embarcadero, así como poner un grifo en el local del final del
Muelle.
Por
ello, Pedro Galíndez, solicita la concesión con arreglo a las tarifas vigentes
de servicio de aguas, el suministro para los servicios de la Casa Flotante y
así solicita que por tratarse de unos servicios públicos que interesan al
pueblo, conceda gratuitamente el agua necesaria para el urinario público del
embarcadero y para un solo grifo que se instalará en la torre del final del
Muelle.
A esta petición en el mes de
julio del año 1921, el Ayuntamiento de Portugalete contesta al Sr. Galíndez de
la siguiente manera:
Como la
Junta de Obras del Puerto se comprometió a la mencionada Sociedad para hacer
por su cuenta la instalación de la tubería desde el punto que el Ayuntamiento
le indicase, con la condición de que la Corporación había de suministrar gratuitamente
el agua necesaria al retrete del embarcadero y un grifo al final del Muelle,
pudiera también el Ayuntamiento hacer también esa concesión mientras los demás
servicios públicos no se resientan, pero con la expresa condición que dicha
concesión lleve consigo la obligación de la Junta de Obras del Puerto de
construir por su cuenta un retrete público para señoras y otro para caballeros
en el punto que próximo a la plaza de esta Villa se designe, debiendo ser su
instalación, moderna o parecida a los que la referida Junta construyó en el
puerto de Santurce.
Sea como fuera y como se
desarrollaron internamente las negociaciones y acuerdos, en el año 1922 al
Muelle de Hierro llegó el agua potable, y fue colocado el grifo solicitado al
final de lo que hoy es el faro, y a su vez desde el Ayuntamiento en abril de
ese año, se aprueba la construcción de unos retretes públicos a cada lado del
edificio fielato o arbitrio que existe junto a la estación del ferrocarril con
arreglo a un pliego de descargo cuyas tasaciones de las obras ascendían a
7.378,45 pesetas.
Al mes siguiente, el constructor José
Egaña, presenta un presupuesto de 6.737,25 pesetas que es aceptado por la
Corporación por ser inferior al que ellos tenían presupuestado de ante mano. En
vista de lo cual desde el Ayuntamiento se le urge al Sr. Egaña, que comience
las obras cuanto antes por la proximidad del verano y por la no existencia
alguna de esta clase de urinarios, para señoras y caballeros, en la localidad y
cuya necesidad es imperiosa.
Estos retretes que daban salida a la solicitud de los vendedores de la
plaza del mercado, y a su vez, como servicio público era usado por los vecinos
y viajeros del ferrocarril no estuvo exento de problemas y denuncias por parte
de la Inspección Técnica y Administrativa de la 1ª División de ferrocarriles al
Ingeniero Jefe de Obras Públicas de Alava y Vizcaya, el cual requirió al
Ayuntamiento de Portugalete que las ventanas con cristales fijos y resguardados
con tela mecánica en los ventanillos de las paredes que limitan con el cierre
de la estación, y que están situados a unos 2,25 metros de altura, constituyen
un derecho de vistas y de servidumbre y por lo tanto deben ser tapiados.
Para noviembre de ese año, el
Ayuntamiento había tapiado estos ventanillos, abriendo a su vez otros a una
altura superior, que impidieran desde interior de los retretes la vista de la
estación, pero que estos tuvieran luz artificial, contando esta obra con el
visto bueno de los responsables del ferrocarril.
*Fondos Archivo Municipal
Portugalete.
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales
Derechos de vistas... tapiar ventanas por que se ve la estación, la de leyes absurdas que han existido y existirán..
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