NAUFRAGIO GOLETA
FARAÓN DICIEMBRE 1863
CRÓNICA DE PROVINCIAS. Siniestros
marítimos, publicado por el periódico “El Clamor público” el 13 de
diciembre de 1863.
El miércoles a las dos de la tarde ocurrió en
la temible barra de Bilbao uno de esos siniestros que por desgracia son
demasiado frecuentes en la cruda estación que atravesamos.
Tres buques, el vapor Pelayo el
uno y dos bergantines goletas se presentaron a la vista de nuestro puerto a
cosa de las doce del mediodía. La mar estaba imponente y el recio viento que
corría no les dejaba otro recurso que acometer la barra, a pesar de los
peligros de aquella atrevida operación.
Uno de los buques de vela pidió remolque al
vapor, y después de un momento de duda, se decidió su capitán a remolcarlo,
echándole con este objeto un fuerte cable, pero era tal la fuerza de los golpes
de mar, que, en el trance más apurado, precisamente cuando atravesaban la
barra, se rompió aquel cable. Aquel momento fue verdaderamente angustioso, pero
gracias a una maniobra tan hábil como atrevida el vapor enderezó su rumbo, y
logró salvar al bergantín-goleta, que ya se hallaba próximo a estrellarse
contra la punta del muelle de Portugalete.
No cupo la misma suerte al otro
buque, que al cruzar la barra quedó barado, hasta que la violenta sacudida de
un golpe de mar lo arrastró como una pluma al mismo sitio exactamente donde
tuvo lugar la catástrofe del hermoso vapor Rita. Felizmente no ha habido
que lamentar ninguna desgracia personal, porque el paraje donde definitivamente
quedó encallado el buque queda en seco al bajar la marea, librándose toda la tripulación
de esta manera de aquel horrible peligro. El buque náufrago es un bergantín-goleta
de la matrícula de San Sebastián, llamado Faraón, y que venía de Cádiz
con un cargamento de sal e higos.
He aquí lo que sobre este naufragio escriben de Portugalete con fecha del 8:
En este momento (la una y media
de la tarde) acaban de acometer a esta barra el bergantín goleta Faraón
y un bergantín-goleta inglés remolcado por el vapor Pelayo. El tiempo
muy sereno y calmoso, la mar enteramente gruesa, por lo que nos temíamos algún
triste resultado, efectivamente, los tres buques se hallaban comprometidos en
la barra, varando los dos bergantines-goletas, y el vapor que sujetaba a uno de
ellos también muy expuesto, para salvarse tuvo que picar el remolque (aunque no
se sabe si lo ha faltado).
El resultado de tan triste cuadro
ha sido la pérdida del Faraón al Nordeste de la barra muy a tierra, por
lo que la gente no peligra, así como también se salvará la carga, asegurando
que el buque se perderá totalmente, pues he visto sacar pocos del punto donde
está barado. El otro bergantín goleta inglés se ha salvado milagrosamente. Después
de haber dado sendos golpes en el fondo, a duras penas llega entre muelles, y
el mismo vapor Pelayo lo vuelve a remolcar rio arriba.
El buque náufrago Faraón se me dice es
de la matrícula de San Sebastián, y que su carga consiste en higos y sal, que
ha estado en Santoña sin duda arribado; esta última parte no puedo asegurar a
Vd.
El práctico que tiene a su bordo
es don Ramón Goicoechea, de la cofradía de mareantes de Portugalete, hombre experto,
valiente y muy marinero, que en ausencias y enfermedades del señor Piloto Mayor
de barra diferentes veces ha desempeñado este cargo.
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales
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