DISCURSO INAUGURACIÓN
CENTRO REPUBLICANO DE BERA
El
13 de febrero del año 1932, el semanario republicano “La República”, publicaba
el discurso que el Sr. Castrillón pronunció en la inauguración del Centro Republicano
de Bera.
Ciudadanos:
En
nombre Unión Republicana de Zarauz, saludo a los correligionarios de Vera de
Bidasoa y a las dignas representaciones que con su presencia contribuyen al
mayor esplendor de este acto; os hablo poseído de gran entusiasmo al ver
triunfantes los ideales de toda vida, republicano convencido, asisto con
emoción al resurgir de esta España nueva, ¡de mi querida España! Y quiero
tributar un aplauso a los hombres que con su abnegación y sacrificio nos
trajeron esta grande y ejemplar República, a lo que contribuyeron en grado considerable
el elemento obrero y el elemento escolar, los estudiantes.
¿Pero
quien es el nuevo educador de esta nueva generación? ¡el maestro! Figura para
su excelsa que no encuentro palabras en mi escaso vocabulario para ponderarla
como se merece, ahora bien, se impone la selección entre los nuestros dignos y
los otros, y entre los mejores, voy a citar dos; el señor Maestro Nacional de
la villa de Orio, don Luís Mahare, y el señor maestro Nacional de la villa de
Ezquioga don Epifanio Romero, abnegados y valientes defensores de la república,
que merecen el afecto y consideración de todo buen republicano, por el hecho de
ser de los paladines de la democracia en pueblos de las condiciones de Orio y
Ezquioga, donde impera el clericalismo cerril e intransigente de estas gentes,
que siempre han tratado al Maestro como si fuera carne en que saciar sus
apetitos, siempre innobles, y han sido la causa por la que siempre se haya
considerado a los Maestros, con menosprecio, cuando en cada pueblo, la persona
más dignificada, enaltecida y respetada, ha sido precisamente el Maestro.
Y
esto ha sucedido porque aunque la mayoría de ellos, siempre han sido dignos,
han tenido que sufrir las humillaciones que acarreaban el servilismo y poca
dignidad de algunos compañeros, que al llegar a un pueblo, lo primero que
hacían era someterse al cura y ser serviles a sus caprichos, por el egoísmo de
captarse las simpatías de la gente clerical, sin pensar que para ello, ponían
su dignidad profesional como un pingajo bajo la zapatilla del cura y sus
satélites, cuando la mayor dignidad de las naciones ha correspondido siempre a
los Maestros
Y
esto sucedía antes con la Monarquía, también ahora los hay indignos y serviles,
que conducen todas las semanas un día a los niños a la doctrina cristiana, y
para mayor desdoro de ellos, esto lo hacen durante las horas de clase. Estos
Maestros, no han tenido más que estómago, y se ha limitado a tener contentos a
Curas y caciques.
Si
un Maestro como particular, quiere comulgar todos los días y oír misa cada dos
horas, a nadie le importa nada; pero, dentro de las horas de clase tiene sus
obligaciones para con los niños, en la
calle si sus padres quieren que los niños vayan a la doctrina, que los lleven
ellos, los Curas o el sacristán, nunca los Maestros.
Maestros
vascos, uníos; y luchar a brazo partido como los ciudadanos Mahare y Romero,
contra la reacción ensotanada y sus acólitos, que quieren mantener en la
ignorancia el porvenir de la Nación, que es el niño. En Vasconia es más
necesaria la unión del Magisterio para luchar encarnecidamente como un solo
hombre, con una sola voluntad, porque aquí en Euskadi tenéis el enemigo más
potente y poderoso contra la escuela laica, que es el clero.
Hay
en este país vasco, digno de mejor suerte, una inmensa horda de trogloditas que
han iniciado una campaña contra el maestro que ejerce su profesión en Vasconia,
fiel cumplidor de las órdenes gubernamentales, los cuales, amparados en el
triunfo electoral ficticio de los”karkas” upetistas y alfonsinos, pretenden alejar
de Euskadi a todo Maestro castellano; mejor dicho, a todo funcionario
castellano.
¿Quieren
decirme estos señores de ultratumba en que pena ha incurrido el Magisterio de
Guipúzcoa por haber retirado de las
Escuelas los crucifijos, con el debido respeto, como puede atestiguarse, para
que estos vetustos y carcomidos paladines que patrocinaban en la prensa
derechista la mencionada campaña contra el Magisterio se ensañen con los
Maestros?
En
un país que ha ardido por los cuatro costados en la más espantosa de las
guerras civiles, por la intolerancia religiosa, y que por esa misma montaraz
intolerancia, están dispuestos a provocar de nuevo la lucha fraticida, no
tienen derecho los que levantan bandera de rebeldía a manchar con sus espúreos
labios la palabra” paz” que tan bien sonaba en los purísimos labios de
Jesucristo.
Es
inútil lo que hagáis repugnantes sabandijas, la Escuela laica se implantará en
la región vasco-navarra como se implantará en Cataluña, como se implantará en
todas aquellas regiones que al abrigo de la madre República quieran adquirir
personalidad de niñitas mayores y bien educadas. No se expulsó de España al más
ladrón de los Borbones para volver a los tiempos de Ignacio de Loyola.
Los
Maestros españoles, los Maestros guipuzcoanos, seréis siempre celosos
defensores (como lo habéis sido siempre) de las órdenes emanadas de la
superioridad, y contribuiréis en la medida superada de vuestras fuerzas a
limpiar este país de tanto escarabajo como en él pulula.
No
puedo menos de abogar por la Escuela única y laica y ensalzar la labor de
Marcelino Domingo y Rodolfo Llopis, el porvenir de la República y del progreso,
está cimentando en la educación de los niños.
¡Viva
Vera de Bidasoa! ¡Viva la República Española! ¡Viva España Republicana!
Aurelio
Gutiérrez Martín de Vidales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario