miércoles, 7 de marzo de 2018

LAVADEROS DE SANTURTZI BULLON, OYANCAS, LAS VIÑAS


                 LAVADEROS DE SANTURTZI
          BULLÓN, OYANCAS, LAS VIÑAS


Los lavaderos nacieron por la necesidad de mejorar la higiene de las personas, y para proteger arroyos, regatas e incluso manantiales, ante los abusos que se cometían en ellos con los lavados de ropa. Eran en su mayoría lavaderos de uso público, siendo obligatorio lavar la ropa en ellos, sobre todo en los núcleos urbanos.

Por otro lado, antaño, el lavado de la ropa cumplía una labor social, pues los lavaderos eran también lugar de reuniones, y las mujeres que realizaban mayormente este trabajo se relacionaban entre sí. Para realizar la colada, primero en casa se colocaba la ropa de manera ordenada en una cuba y sobre ella se ponía un trapo donde se colocaba ceniza de carbón vegetal y hojas de laurel, para a continuación verter agua hirviendo sucesivamente hasta que la ropa se consideraba lavada. Después esta se llevaba al lavadero donde se procedía al enjabonado y aclarado.

En la mayoría de los casos, el jabón empleado era de elaboración propia, a base de mezclar sosa, grasa, aceites y otros componentes. La función principal de la ceniza no era otra que la de blanquear la ropa y para conseguir un olor agradable de esta, indistintamente se usaba las hojas de laurel y otras plantas aromáticas.

Toda esta labor, era ardua y penosa, remojar la ropa, el proceso de calentarla, su aclarado y por último el tendido, en la que también había que contar con el traslado de la ropa al lavadero, en viajes de ida y vuelta, en el mayor de los casos con los baldes en la cabeza, suponía una de las tareas domésticas más desagradables y sacrificadas. Por ello, no era raro encontrar familias que, para llevar a cabo estas tareas, contrataran a mujeres lavanderas que por un módico precio las realizaran.

Desde aquí, un homenaje y reconocimiento, para todas aquellas mujeres, que, a pesar de la dureza de este trabajo, unidas a otras tareas y usos, fueron los pilares de las familias.

 Por la documentación recogida en el Archivo de la Diputación de Bizkaia, en Santurtzi entre los años 1887 – 1904, se construyeron lavaderos en los barrios de; Bullón, Oyancas, Las Viñas, Balleni-Kabiezes, La Txitxarra, y seguro que en otros lugares más de los que desconozco su situación. En el caso de los construidos en Bullón, Oyancas y las Viñas, aprovechando los manantiales y fuentes que existían en dichos barrios.

Según la época en la que se realizaron los proyectos de los lavaderos, estos estuvieron dirigidos por los maestros de obras; Francisco Berriozabal, Manuel de Otaduy y Emiliano Pagazaurtundua. Los lavaderos más antiguos eran descubiertos y se componían de un pilón o varios si estos eran mixtos, es decir, para servir a personas y animales, como el de Bullón.
LAVADERO BULLÓN
 La primera referencia que se tiene de este lavadero-abrevadero es un plano del proyecto para la construcción de un lavadero y abrevadero en el término del Bullón en el Concejo de Santurtzi, firmado en Portugalete por Francisco de Berriozabal en noviembre del año 1877. AHFB 0028/009

Su construcción constaba de un pilón para realizar las funciones de lavadero y anexo a este, otro, para abrevar al ganado según se indica en el plano.
Para su realización fue necesario realizar un desmonte y construir dos muros, uno, sostén del camino y otro para la contención de las tierras de la propiedad de don Juan de la Quintana. El revoque de ambos muros fue realizado con mortero compuesto de cal y arena. Siendo la superficie entre ambos muros enlosada con losas traídas de Luchana.
Según consta en el proyecto, las tierras del desmonte fueron extendidas a lo largo del camino que desde Oyancas se dirigen al Bullón, y desde este a Villar.
 En mayo del año 1878, se aprueba el proyecto definitivo de la construcción del lavadero y abrevadero en Bullón y que alcanzaba un coste de catorce mil sesenta reales, siendo aprobada, según consta en el expediente de subasta, la propuesta presentada por el contratista Don José Menéndez. AHFB 0028/001
Este lavadero se dejó fuera de servicio alrededor del año 1904, para entonces, la Junta de Sanidad mandó la desaparición del lavadero por estar situado por encima de las aguas potables y por lo tanto sus aguas se filtraban en perjuicio de la salud pública.
LAVADERO OYANCAS
En junio del año 1887, firmado por el maestro de obras Manuel de Otaduy, se presenta en Portugalete, el proyecto técnico para la construcción de un lavadero en el término municipal de Oyancas.

Según consta en el proyecto. “En la fuente de Oyancas se construirá un muro paralelo al existente que tendrá diez metros de longitud, un metro de altura con inclusión de cimientos y sesenta centímetros de grosor. Este muro con el existente formará un caño de cincuenta centímetros de luz por sesenta y se cubrirá con buena chapa bien juntada. Su construcción, así como la del recipiente que se construirá al otro lado del camino, los caños y muros de toma de agua, se construirán con buena mampostería hidráulica según las dimensiones señaladas en el plano”
 El piso exterior del lavadero se enlosó con piedra de sillería proveniente de Durango, y sin embargo el coronamiento se efectuó con piedra caliza de Ortuella, labrada a trinchete fino. El mortero hidráulico que se empleó estuvo formado por tres partes de arena mezclado con dos partes de cemento de Zumaya y el hormigón con dos de arena y tres de cemento de Zumaya mezclado con piedra machacada de cuatro centímetros de arista.
El lavadero se construyó con dos desagües, uno un centímetro sobre el borde y otro de la limpieza general en la parte inferior, o sea sobre el suelo.
 Su presupuesto era de 817,60 pesetas. AHFB 0031/020.
LAVADERO LAS VIÑAS
El lavadero conocido como de las Viñas, que estaba en el lugar que hoy ocupa La Kelo, y que fue a su vez el antiguo edificio de preescolar las Viñas, fue proyectado en el año 1904 como un lavadero público en un punto del Bullón.

En junio del año 1904, en pleno del ayuntamiento de Santurtzi, siendo secretario Máximo García Garrido y alcalde Antonio de Alzaga, se acuerda construir un lavadero público en el barrio conocido como Bullón, decisión que no estuvo exento de debate.
Por una parte, un grupo mayoritario de concejales, aprobó en esta fecha el proyecto, el presupuesto de “veinte mil ochocientas once pesetas y veintiséis céntimos” y las condiciones de la construcción del lavadero en el Bullón” por las grandes ventajas al público bajo el punto de vista de comodidad e higiene.”
Por el contrario, otro grupo menor encabezado por el alcalde y el señor Mendizábal opinaban que “no era necesario la construcción del lavadero de que se trata, aunque está conforme con que desaparezca el actual del Bullón, pues puede conseguirse el mismo objeto ampliándose el que existe en las Viñas (¿Oyancas?), porque de uno a otro hay una distancia de trescientos metros, y por tanto pueden servirse los vecinos de Mamariga sin necesidad de gastarse tanto dinero”
El proyecto de edificar un nuevo lavadero en Las Viñas, clausurando el antiguo conocido como Bullón y edificado en el año 1878, se aprobó por el resultado de catorce votos a favor y cuatro en contra, por lo que dicho proyecto se remitió a la Diputación a primero de agosto de mil novecientos cuatro.
















Proyecto de lavadero público para Santurce Antiguo. Pliego de condiciones que además de las generales de la Ley, R.D. de 20 de junio de 1.902 y accidentes de trabajo regirán en el presente contrato.
Así se encabezaban las condiciones facultativas con que se dotaron la construcción del lavadero de Las Viñas, firmadas por el Arquitecto Director, Emiliano Pagazaurtundua y cuyo proyecto fue presentado y registrado, el 10 de junio de 1904.
En primer lugar, en el informe se refiere a la construcción del lavadero público en el punto denominado de las Viñas de esta jurisdicción y próximo al arroyo de los Pobres.

La mampostería será realizada con piedra de cualquiera de las canteras de la jurisdicción o de otras nuevas siempre que sean de recibo a juicio del arquitecto, los morteros estarán compuestos de 3 partes de arena y dos de cal común bien apagada, debiendo de estar bien amasado con ocho días de antelación a su empleo, y la reparación de las pilas se hará con tabiques de ladrillo. Entre la alberca central y las pilas se colocarán losas de piedra arenisca de Durango, y la coronación de la alberca y pilas se emplearán losetas de piedra caliza de 15 centímetros de grosor.
La alimentación de agua para este lavadero se hará injertando por medio de un tubo T, una tubería de ocho centímetros de diámetro interior a la que pasa próxima del depósito del Bullón. La puerta de entrada al lavadero tenía un grosor de cinco centímetros y de dos hojas, con una imprimación de tres manos de pintura al óleo. El edificio tenía ocho columnas que sustentaban la armadura, eran de hierro fundido de dos centímetros de diámetro exterior. AHFB AR00168/006
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales




















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